domingo, 27 de septiembre de 2020
sábado, 19 de septiembre de 2020
Cuento de la revista LA TARÁNTULA
HISTORIA FANTÁSTICA Y DE ESPANTOS:
“STEPHEN HAWKING”
Carmen se tragó el agua del río y se hundió en él desesperada
asfixiándose; cuando su esposo tocó la ribera y volteó para buscarla, se llenó
de espanto; Carmen ya no estaba por ninguna parte:”¡Carmen, Carmen! ¡¿Dónde
estás?!” gritó, pero ella ya no podía contestarle;
Esteban, el esposo de Carmen, se metió de nuevo dentro de la corriente del Bravo para ver si la encontraba, pero un
remolino lúgubre había atrapado el alma de Carmen; como si le hubieran pasado
una película de su vida, Carmen recorrió en un instante los momentos cruciales
de su historia con su familia; vio las imágenes de sus padres y de sus hermanos, y murió;
pero de pronto, hundida en el río, tuvo
sensaciones; sintió que alguien la jalaba del brazo; era su antiguo patrón de cuando trabajaba limpiando casas en los Estados Unidos; el
connotado científico Stephen Hawking; Carmen sabía que él ya había muerto; un
mes antes apareció en la prensa que él había fallecido; parecía que desde el
más allá la salvaba; pero no, lo que pasaba realmente, era que él la llevaba
a un universo desconocido de múltiples
colores; a un lugar fantástico e increíble;
ahora Carmen lo podía ver como siempre, sentado en su silla de ruedas,
como en su casa de Los Ángeles, California; pero sólo que él ya no estaba en este mundo, ahora moraba en
un cosmos fantástico de colores infinitos; ni él que poseía una mente
maravillosa, se había podido imaginar el mundo en el que ahora vivía; agarraba
las luces de colores de los cielos, y las mezclaba con las manos, produciendo
matices extraordinarios; Carmen podía percibir el entusiasmo del físico, y ella
misma se solazaba de contemplar los estupendos colores; eran colores nunca
vistos por ojos humanos; eran como gemas y topacios; era un espacio portentoso
este mundo; ahí se sentía una felicidad majestuosa, sin tiempo; había paz y
tranquilidad; era la contemplación de lo
bello; Stephen Hawking se veía feliz y
entusiasta; pero a Carmen algo le faltaba; sentía una preocupación; se acordaba
de Jashive, la pequeña niña de 10 años, hija de su amiga Lourdes; la niña había
muerto un año atrás atropellada por un auto; Carmen estaba en Estados Unidos
cuando sucedió el accidente; y cuando volvió a Culiacán, no fue a darle el pésame
a Lourdes, la mamá de Jashive; Jashive y su familia vivían en Villa Juárez, un
pueblo muy pobre, pero donde la gente es muy buena y amable; Carmen siempre que
iba a visitar a Lourdes se sentía muy bien recibida, y Jashive siempre le
cortaba frutos de todos los árboles de su casa para que se los llevara a su
esposo a Culiacán; aunque el accidente
ocurrió cuando Carmen estaba en los Estados Unidos, sí se enteró; pero cuando
regresó a Culiacán por unos meses, no fue a animar y a darle el pésame a la
mamá de Jashive, aunque quería hacerlo; entonces ahí, en el nuevo cosmos en que
ahora habitaba, le brotó un sentimiento de tristeza, y de pronto se apareció en
la puerta de la casa de Villa Juárez; tocó, y cuando la vio Lourdes, la abrazó
con enorme gusto; le sirvió café y un desayuno de tamales de puerco; Carmen
tenía el rostro lleno de vida y se veía muy feliz; pues había regresado a darle
el pésame a su amiga; su amiga le dijo
que se le veía un brillo muy especial en su tez; Carmen no le contestó nada,
pero sabía que era porque había estado en el mundo de maravillosos colores; y
al lado del magnífico científico Stephen Hawking, quien siempre la había
querido mucho; Carmen le dio el pésame y después de platicar un rato, se sentó
en la puerta a ver el patio lleno de árboles frutales de la casa de Villa Juárez; todo esto mientras
Lourdes lavaba las tazas y los platos del desayuno; en eso estaba, cuando de
pronto se apareció junto al árbol de aguacates, Jashive; estaba vestida con un
short azul y un blusa amarilla; Carmen la contempló maravillada y Jashive le
hizo un seña de adiós con la mano; Carmen le contestó de manera idéntica, y
Jashive desapareció de forma fantasmal; cuando terminó de lavar los trastes
Lourdes, y fue para donde estaba Carmen, ésta le contó lo que había visto; y
Lourdes le creyó, porque Carmen le describió los colores de la ropa que llevaba
puesta la niña; Carmen no podía saber qué
llevaba puesto Jashive cuando le ocurrió el accidente; así que Lourdes
le creyó a su amiga; Carmen se despidió tranquila y en paz de esa familia;
después, como transportada en el tiempo,
llegó a la orilla del Bravo y encontró a su esposo sentado en la arena; él no la podía ver, pero sintió su
presencia; se alegró de que Carmen viniera a despedirse de él, pues ya sabía
que había muerto en el río; con un resplandor y colores de arcoíris que dejó
como estela, Carmen regresó al lado de su antiguo jefe, Stephen Hawking; al
universo de fantásticos colores nunca vistos por otros seres humanos.
Cuento escrito por Claudia Isabel Quiñónez
Culiacán, Sinaloa
martes, 15 de septiembre de 2020
DE SEPTIEMBRE
Letra de la
canción de rock
EL ROCK DE LA
BRUJA
Clo, Clo no
sueña con cadillacs
Ella aspira
a cosas que valen más que el oro
Como escuchar
una canción de rock
Cuenta Clo seguido
a sus amigas
Que una
bruja fea y tonta
Viene todas
las noches a su patio
A bailar con
ella rock
¡A bailar
con ella rock!
Pero a Clo, que es un poco loca
nadie le
cree este hecho
“¡Las brujas
no existen, Clo!”
“¡Las brujas
no existen, Clo!”, le dicen todos
Pero ella afirma
que no está mintiendo
Que es una bruja fea y tonta con sombrero
Que baila con
su escoba
y tiene tanto ritmo
Que muy pronto, muy pronto
están bailando
las tres
Allí en su
patio
¡La bruja
fea, Clo y la escoba!
¡La bruja
fea, Clo y la escoba!
¡La bruja
fea, Clo y la escoba!
¡Baila, Clo,
si estás en lo cierto!
Se aparece
en tu patio, ¡la bruja!
Tremendo
movimiento
¡Así, así,
como se mueven mis pies!
¡Baila, Clo,
baila, el rock de la bruja!
¡El rock de la bruja!
¡El rock de
la bruja!
Claudia
Isabel Quiñónez
10 de
septiembre del 2020
Culiacán, SInaloa
miércoles, 9 de septiembre de 2020
LETRA DE LA CANCIÓN DE ROCK:
¡REGRESA, CLO!
¡Regresa,
Clo, mi nena Clo!
Has
emprendido el viaje de nuevo
¡Por favor no
te vayas!
“¡Regresa, Clo; regresa!”, le dicen todos
Anda, nena,
tienes que escucharme
Amarra bien las
agujetas de tus zapatos
No quieras
libres y frescos los pies
Cuando pases
junto al viento
en la ribera
del río
ya no te
esperarán los peces
¡Regresa,
Clo, regresa!
Tienes que
hacerlo
Con los zapatos
bien puestos y pesados
No podrás
volar
No podrás
volar
A ese país
de tu imaginación
A ese mal
sueño
Una chica se
ha fugado
Y yo la
tengo muy cerquita de mí
Todos le
dicen:
“¡Regresa,
Clo; regresa!”
Yo sé que
ella volverá
Pero el
viaje es muy peligroso
“¡Regresa, Clo,
regresa!”, todos le dicen
¡Sí, no la
dejen sola en este viaje!
Yo la quiero
de regreso
A esta chica
que se ha fugado
Claudia
Isabel Quiñónez,
9 de
Septiembre del 2020
Culiacán,
Sinalos