“ANGELICUS”
Te tengo que decir de hiedras,
amor
Para que al final comprendas esta
doble postura
Los poemas tristes se encaramaron
a “Angelicus” por derecho propio
Y quedaron en la mesa donde está la
tela en que están pintados nuestros nombres
Así lo consideré, aun siendo el
libro tuyo
Lo cierto es que en la realidad,
en el viaje al centro del alma, angelicus se pierde
Angelicus somos todos
(Sobre todo mi alma en relación a
la tuya)
Y el panis angelicus que tú me
das
Y la amiga que nunca tuve
Y mi sentimiento de ser una
almeja
Escalaron pues las ramas del
delirio
Pero yo no quise dejar sola a la locura con el amor
y permití el paso a la hoja de otras hiedras de alabanza
y alegría
Ahora continúo con lo que será
dar fin a la primera intención de este libro:
un viaje al centro del alma, pero
contigo
Espero muchos frutos
A pesar de que tengo muchas
cicatrices
Sé que lo sabes, que a pesar de que diga que soy feliz
corren las llantas del destino
sobre mi cabeza
Estoy aplastada para la alegría
Me constituyen malas maromas
Difíciles interconexiones,
desequilibrios químicos
De la muerte digo a veces que sería una buena compañera
Digo, lo pienso y la quiero entonces como el bien más preciado
Creo que no es mi tiempo el que vivo aquí
Tú, escribir poemas y mi familia son mi razón de vida
Pero luego no soy la persona más
feliz
Y no sólo porque algunas veces
vivo momentos de sufrimiento
Sino porque constitutivamente hay
algo en mi cerebro que no me deja ser feliz
Y en esos momentos me pregunto sobre el sentido de la vida
Y entonces apareces tú
Y me cantas que me amas de la
manera más dulce y tierna
Y el roce doble de tus palabras y nuestro
sexto sentido
¡Y por Dios, ángel querido, que
lo haces y me requieres cuando más lo necesito!
Y tú sin saberlo, y yo me digo
cómo tanta casualidad - es posible
Y así renace “Angelicus”: la cabeza agachada, la
mirada perdida se van
“Avísale del rosario, mi mamá platicaba mucho con ella”
Mi prima también nos necesita
Y entonces comprendo de lo vital de todos los abrazos
De la fortaleza tierna de toda
compañía
Pero yo en mi casa siento la
presencia sobrenatural de mi tía
“Las almas de los muertos andan
unos días entre nosotros, antes de irse al más allá”, me dijo ella cuando murió mi mamá
A las 3 de la tarde a mi tía le dio un infarto, en segundos se nos fue
Hacía rato, “hacer un caldo de cogote
para mi otra tía que tiene cáncer”
“coser un vestido para su hermana
la pequeña”
Sólo que afuera no todo estaba bien:
Un conflicto de interés y
emergía la tiniebla de la locura
De pronto nos encontramos
avasallados por el dictador
Peña Nieto ha acabado con la libertad de expresión
No oye razones, se daña a sí
mismo, ya nadie lo estima: solo un loco
La tiniebla de la locura se ha
apoderado del país
No toda locura es Don Quijote; mienten
los que dicen: ¡vivan los locos!
Pero te quería decir esto amor; el
fruto; este libro
pues tejo y me fortalezco cuando no te miento
Te amo querida; sé que me
comprenderás
(Del libro en proceso de
escritura: “Angelicus: Viaje al centro
del alma”)
Claudia Isabel Quiñónez
29 de marzo del 2015
Culiacán, Sinaloa